“Ví un cielo nuevo y una tierra nueva…”  (Ap 21, 1)

Párate aquí. No sigas leyendo…, detente un instante ante la frase que acabas de leer: … que “alguien” acaba de leer.

Date cuenta de ello. A simple vista pareces ser tú quien ha leído, el mismo y único de siempre… Pero no es así: el mismo de siempre solo percibe el  Diluvio continuo, mientras que  ese “alguien” aludido ya vive en  el “después”… Aquél primero se llama Lucía, o Manuel, o José o Marisa…, o como quiera que fuese bautizado. Mientras este otro recién aparecido se llama Noé, o Noelia, y es nacido de aquél.

Sí, nacido del “hombre viejo” tras un largo proceso de gestación, no biológica, sino de consciencia; de un viaje que arranca en el “pecado original” y la culpa, y termina en Patmos, que significa “Apocalipsis” o Revelación…, y vida nueva. Un viaje entre dos “estados” del alma que delimitan la mayor de las distancias posibles, mayor que la que separa a los extremos de la galaxia o al cielo de la tierra. Por-que esa distancia es el grado o nivel de la relación del Hombre con Dios, medido por aquél; el juicio personal basado en la separación, la enemistad, el pecado, la culpabilidad, el luto y la condena…, que abren la puerta al dolor y al Diluvio que llamamos vida cotidiana.

No cabe mayor distancia que la derivada de esa impresión, de esa fe que matiza y condiciona nuestra estancia en el Mundo y hace de nosotros “los abatidos”, los ciegos que han hecho de su abatimiento y del luto una “normalidad” desde la cual no se divisa la Tierra Nueva, ni el Cielo prometidos…

Pero tú acabas de leer y  decirte a ti mismo: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva”. Y, cuando las palabras resuenan en uno mismo, ya no son simples palabras, sino un descubrimiento interno que te hace  sentir llegado al lugar.

Y tal vez más, porque  esa apertura de la consciencia, querido Noé y querida Noelia,  atrae la magia…  Y “todo puede ser” en manos de un “mago”. Incluso un cielo transparente y una tierra nueva, para una nueva familia humana.

Otra vida es posible. Y ya hemos puesto un pie en ella.

P.D. A todas las Carmen, que también sois Noelia, en el día de vuestra festividad, con mi cariño, reconocimiento y apoyo.

Félix Gracia (Julio 2021)

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